Análisis Hohokum (PS4)

Uno de los indies de PS4 que más llamaban la atención era sin duda Hohokum. Y lo hacía porque nadie sabía a ciencia cierta qué estaba pasando en pantalla, con una serpiente y gente bailando encima. Es una de esas cosas raras que es mejor que existan, como Katamari, y al final además parece que todo tiene (algo) de sentido.

Hohokum es un juego sin diálogos ni texto de ningún tipo en el que siendo una serpiente recorremos mundos coloridos mientras salvamos otras serpientes amigas. No mueres, no hay malos y realmente puedes hacer que no pase nada, simplemente dar una vuelta y relajarte un poco mientras vuelas con tu serpiente multicolor.

Pero sí hay un objetivo en cada uno de los escenarios, que es resolver un pequeño puzzle para conseguir liberar a nuestras amigas atrapadas. Aunque más que puzzle yo diría objetivos, porque al final todo se reduce a haz un par de cosas y pásate el nivel. No te explican absolutamente nada en ningún momento, así que habrá que hacerse un poco la idea de lo que piden, porque a veces no está tan claro.

El problema que tiene el juego es que aunque algunos escenarios son muy relajantes y animados, el juego apenas tiene chicha y se hace un poco repetitivo al poco de juego. Al haber apenas desafío nada te impulsa a hacerlo mejor aún, y los objetivos principales terminan cansando un poco, por desgracia.

Gráficamente el juego es muy majo, con un montón de colores en según qué niveles, personajes divertidos, escenarios ocurrentes… Es sin duda el punto fuerte del juego, los gráficos y por supuesto ese sin sentido del que hablaba antes y que lo hace destacar.

Hay un nivel en concreto, uno con una montaña rusa ambientada en un escenario que recuerda a la cultura hindú, en el que está pasando de todo en todo momento: tenemos que llevar gente de un lado para otro o simplemente cogerles y dar vueltas para pasar el rato, porque es un ambiente super divertido. Lo bueno del juego es que los escenarios son todos diferentes entre sí, no ya sólo por la estética, sino por los objetivos o incluso la disposición y formato del nivel.

Pero como decía antes, una vez se pasa la novedad de ver los nuevos escenarios (que tampoco son tan grandes), nos queda lo que es el juego en sí, y ahí es donde cojea mucho. Aunque la mecánica de llevar volando a la serpiente para cumplir los objetivos funciona bien, el juego no termina de encajar del todo, haciendo que cuando más juguemos menos divertido sea.

El objetivo secundario del juego, que es encontrar unos ojos cerrados y tocarlos para abrirlos tampoco ayuda demasiado, porque no hay ningún incentivo en encontrarlos realmente. El que algunos estén tan súmamente escondidos más que darnos ganas de encontrarlos nos da ganas de pasar de ellos y no perder más el tiempo con ese tema.

Por desgracia Hohokum me ha parecido un poco decepcionante. Le tenía muchas ganas y seguramente me esperaba otra cosa, pero el caso es que lo que me he encontrado es divertido un rato, pero se hace monótono más rápido de lo que debería. Es cierto que gráficamente es bastante chulo y algunos escenarios son bastante divertidos, pero en general hay algo que no termina de encajar y que hace que pudiera ser mejor juego de lo que es.

Por cierto, el juego es cross-buy entre PS4, PS3 y Vita y la partida guardada se comparte entre ellas también.