Madrid Games Week: Episodio 2016 – Niños rata profesionales

Como cada año desde que se inventaron los videojuegos (allá por 2013) es octubre y llega la Madrid Games Week. Y como cada año hemos mandado a nuestro corresponsal de la redacción a cubrir el evento. O sea, que fui por la mañana porque no tenía nada mejor que hacer con mi vida. Bueno, sí, currar, pero me sobran días de vacaciones. Pues eso, que allí me planté.

Esto que viene a continuación es la crónica de un día lleno de novedades, noticias rompedoras, miles de distribuidoras y niños rata profesionales. Si pincháis en «leer más» podréis verlo. Os sorprenderá.

Como pequeño inciso inicial, he de comentar que este año no me dieron acreditación. Ni a mí ni a otros cuantos blogs que, igual que yo, sí la recibíamos otros años. Yo me las arreglé y conseguí una como profesional y no como blogger/youtuber (nos meten en el mismo saco), pero imagino que algún otro se quedaría fuera. Es curioso que para cosas como la Gamescom me den pase sin ningún problema y que para esta mierda este año no. Pero más curioso es que este además sea el primer día que venden un «Pase VIP» a 25 euretes, que da acceso el día de profesionales y prensa. Casualidades.

Bueno, dicho esto os cuento mi historia.

La feria empezaba a eso de las 9 de la mañana, y yo tenía cita en la presentación de PlayStation a las 10.30. Pero al final las cosas se torcieron un poco, llegaba tarde y me encontré con mis amigos desayunando en el VIPS a eso de las 10:45. Desayuno americano con huevos revueltos, bacon, patatas, tortitas y café. Muy rico todo y además barato. 10/10 would do it again.

Acabado el desayuno tocaba ir a la feria, ahora sí. Entré por la zona de torneos de eSports, todo muy grande y con muchas sillas y ya fui al pabellón donde se celebraba la Games Week para toparme de frente con… ¡tiendas! Sí amigos, lo primero que se ve es una tienda a la izquierda, otra a la derecha y otra de frente. Y no creáis que tiendas de juegos retro o así como otros años, también había de comida japonesa, de posters japoneses, de figuritas de pajilleros japonesas y todo aquello que te esperarías encontrar en un Expomanga.

Pero bueno, esquivadas ya tocaba llegar a los juegos. Y como buen hardcore que soy fui directo a probar el Call of Duty nuevo. En realidad me arrastraron ahí mis amigos, pero tampoco es que me opusiera demasiado viendo el percal. Tras esperar pacientemente la cola y ver cómo el «portero» echaba a críos por no tener 18 años entré, elegí una arquera (que ya me diréis qué pinta ahí) y no quedé último, todo un logro. Y más sabiendo que mi mando estaba medio roto (era entendible, era un Dualshock 4) y que la mitad del tiempo no iba. A la salida me dieron un Monster, así se aseguraban de que cogiera ébola, si es que no lo tenía ya por probar el juego. Se nota la pasta de Sony, porque el año pasado daban Rockstar que es la misma mierda, pero sin el caché de Monster. Haceos un favor y no bebáis nada similar nunca.

Tras una sesión de sóter puro pensaba que ya tendría suficiente hasta el año que viene, pero no. Tocaba Star Wars: Battlefront.

Aquí la cola fue más larga aún pero se hizo más amena mientras veía con mis amigos a la chica que estaba jugando a nuestro lado (justo cerraron el pase anterior en nuestros morros así que éramos los primeros de la cola) que, para qué engañarnos, era muy mala, así que nos reíamos y comentábamos la jugada por lo bajini como heteropatriarcas que somos. Luego llegué, vi y vencí:

El juego la verdad me dejó muy frío y a mis amigos frikis de los sóters más aún, y son los que entienden, así que me fío de su criterio. Y no porque jugara en un mapa en la nieve (ayer estuve con Jarkendia, perdonadme esto) sino porque al juego parecía que le faltaba algo. Me pareció un juego más y no veía ningún aliciente de por qué este sí y otros no.

Dando una vuelta tras eso vi el mejor stand del mundo, el de Farming Simulator. Hay un tractor, te puedes subir y jugar. Badlands (los distribuidores) se merecen el cielo por eso.

Me quedé con las ganas de entrar a lo de Assassin’s Creed para terminar el cupo járcor, pero na. Joder, regalaban un sombrero de copa y lo quería, pero nada. También estaba el FIFA cerca, así que podía haber hecho el triplete e irme a casa dándome asco a mi mismo, pero tuve la suficiente dignidad como para no ponerme a jugarlo también.

A lo que sí jugué fue a Dark Souls 3. Más colas, claro, y se supone que el jueves es de profesionales así que apenas debería haber. El juego es exactamente lo que se podría esperar, aunque recordaba mucho más a Bloodborne que otras entregas. Algo entendible, viendo que la saga es ya anual y toca reciclar para llegar a tiempo.

Al menos la espera en la cola fue divertida, porque tenían al lado un juego de karaoke y subía al escenario la gente más atrapada que te puedes imaginar, incluyendo a un youtuber (imagino) con traje, gafas pixeladas y una muñeca de Barbie que se puso a cantar Break Free de Ariana Grande mientras le grababa una con pelo morado usando el móvil. Todo muy chungo.

Con la tontería era ya casi la hora de comer, así que nos fuimos a papear, previo paso por las consolas con Street Fighter V. Por supuesto hice morder el polvo a mis amigos, porque soy una máquina de matar sin sentimientos. El juego es la polla y cada vez va teniendo mejor pinta. Si todo sigue así seguramente terminará siendo el juego al que más juegue en PS4. Y mas si anuncian ya a Ibuki.

Ah, y conocía a Fast (de 99redpotions) en su tienda de camisetas (compradle algo). Muy majete él. Y como no le hice ninguna foto pues le robo una a LaGeller:

Ya era por la tarde y sentía que había perdido todo el día sin hacer nada. Y así era, pero volví. No sé por qué, pero lo hice. Bueno sí, porque tenía una cita con PlayStation para probar la VR. Pero como era a las cinco y tenía tiempo me fui al stand de Nintendo a probar el Star Fox Zero. Y es la polla. Los haters os podéis ir por donde habéis venido, porque SF0 es justamente lo que quería: un nuevo Star Fox 64. Da lo que promete, y la partida que jugué se me hizo muy divertida mientras la amable azafata me decía cosas bonitas como «venga, que con dos hostias le matas».

También tenían para probar el Xenoblade Chronicles X y el Project Zero. El segundo lo probé, pero era la intro en una casa, así que no pasó nada. El primero no, porque no tengo otra cosa que hacer que probar un RPG de ocho millones de horas.

Bueno, y eran ya las cinco, así que tocaba la primera gran sorpresa (para bien) del día: PlayStation VR.

Tras saltarme una cola que duraría más de una hora gracias a tener una cita concertada para probarlo (los contactos que uno tiene) me dieron a elegir qué experiencia quería probar. Eso de experiencia no me sonó muy bien, pero me decidí por una de miedo llamada The Kitchen y sinceramente, fue bastante cojonuda. Era «de miedo» (no daba miedo) y te encontrabas atado en una silla mientras un tipo te intentaba soltar y una loca le mataba y venía a por ti. Era una demo técnica en la que sólo podías mover la cabeza y las manos, pero molaba bastante. Y la había hecho Capcom, curioso.

¿Y ahora qué? Ya había probado lo único para lo que tenía cita y tenía todo el tiempo del mundo para irme a casa y aliviar mi sufrimiento. Pero no. Soy masoca y fui a probar el nuevo Assassin’s Creed. Eso sí, entrando por donde la prensa, porque lo que me faltaba ya era hacer cola para eso. Me tocó hacer una misión de matar a un par de fulanos y que no me descubrieran. Creo que con decir que se me han quitado todas las ganas de jugarlo ya podréis adivinar mi opinión del juego. Y además ya no quedaban sombreros. No sé ni para qué fui.

Tras eso creo que ya me morí por dentro y decidí retirarme a casa. Si probé algo más es posible que no me acuerde o prefiera olvidarlo. Bueno, miento. Antes pasé por el stand de PlayStation Plus, en el que daban sushi por ser del Plus. Mucho mejor que la basura que llevan dando desde el lanzamiento de PS4. Creo que hoy dan embutidos y palitos de pan del Mercadona y sortean gafas Hawkers. Con lo de las gafas está claro que Sony sigue empeñada en putear a los tontos que pagamos la suscripción.

Y ahora, tras mi aburrido día toca hablar de lo que me ha parecido el evento en general, no los juegos:

Que la feria está en declive lo sabemos todos. El año pasado ya fue una mierda y este fue una pérdida de tiempo tremenda. El que no consiguiera una acreditación hasta el último momento (y prácticamente de casualidad) y los precedentes me hicieron ir bastante desganado, y ver que «la gran feria del videojuego en España» se ha convertido más que nunca en una tienda gigante pues ya me dejaron chafado del todo.

Entre la falta de algunas distribuidoras (como Microsoft o Bethesda), el que ya no se les fuera la cabeza a las que sí fueron (¿os acordáis del autobús del NBA 2K? ¿O de la limusina y stripper del Saints Row?) y que todo lo que se podía probar o ya estaba disponible o lo estará en pocos meses (por supuesto, podrías hacer tu bonita reserva en la tienda de GAME gigante que hay en el pabellón) te deja con la sensación de que ahí no vas a probar el futuro de los videojuegos, sino a que te vendan las novedades que llegan estas navidades. Y macho, para eso no voy.

Además Sony se lo ha montado más que bien y ha conseguido englobar en su zona a todo aquel que no quería ir. ¿Zona de 2K? No, unas consolas con el NBA 2K16 en la zona de Sony. ¿Zona de EA? Nada, unas consolas con el FIFA en la zona de Sony. ¿Zona de Koch Media? Tampoco, simplemente unas consolas con el Street Fighter. Creo que podéis adivinar dónde. A ellos les viene de coña porque queda más patente aún que en España videojuegos es igual a «la plei», pero a los que vamos a ver algo chulo, pues no.

¿Es la edición más descafeinada hasta la fecha? Sí, y de largo. Lo único que consigo recordar que destacara es el TIE fighter de Battlefront y un Big Ben desde el que la gente hacía saltos de fe para promocionar Assassin’s Creed. ¿Había algo más? Aparte de tiendas, quiero decir.

Para más inri, aunque a la buena pseudoprensa™ nos han denegado la acreditación sí se la han concedido a ciento ochenta mil niños rata que se saltaron el cole (algunos acompañados de sus padres, ojo) para hacer cola, no poder entrar al CoD y comprar cosas del Minecraft. O eso, o eran críos que habían pagado el pase VIP para entrar antes que nadie y que así a GAME se la sudara aún más el evento y se dedicara a ganar más dinero. Pero no creo que esa fuera la intención, ¿no?

Aun con todo, creo que el que me denegaran el pase era una especie de aviso que me enviaba el universo, pero como fui gilipollas me hice con una entrada por otro lado. No debería haber ido, y tampoco deberíais vosotros. A no ser que os guste hacer colas, jugar a juegos que ya estén a la venta o las tiendas de atrapados otakus.

España nunca va a tener una feria importante ni seria. La mayor tienda de videojuegos de Europa es posible que sí. Se intentó hacer bien con la GAMEfest y salió algo potable de lo que se podría haber tirado para arriba. Pero luego se convirtió en la Games Week y de ahí cuesta abajo y sin frenos.

Y el año que viene más y peor, amigos.