Análisis Narco Terror (PSN)

Si tuviéramos que hacer una lista con algunas de las peores cosas que podemos encontrarnos en un videojuego, Narco Terror nos sería de gran ayuda. Desconocía este juego hasta que empecé a leer comentarios en Twitter de los que lo habían probado, que no es que lo pusiesen precisamente bien. Aún así debido a que me gustan los juegos de su género me lancé a la aventura y os resumo el resultado.

Arrancamos con la nula personalidad. A priori puedes pensar que tenemos uno de esos juegos que tratan el tema bélico desde un punto de vista cachondo, pero no es así y lo peor es que tampoco puedes decir que sea un juego serio. La historia y los personajes son tan horribles y casposos que dan vergüenza.

La mecánica del juego es sencilla; avanzar por las 8 fases disparando a los miles de enemigos que nos aparecerán de cualquier parte. En algunas misiones hay fases sobre vehículos (aviones o barcos) con scroll horizontal que intentan dar variedad pero tampoco aportan nada.

Existen 4 armas principales (que podremos mejorar dos veces cada una con el dinero que ganemos) y algunas especiales que nos encontraremos por los escenarios (tanto torretas fijas como lanzamisiles o lanzallamas), en un par de momentos específicos controlaríamos los disparos de nuestro colega desde su avión. También tendremos 4 power-ups que tendremos que rellenar en cada fase antes de poder utilizarlos a nuestro antojo (podremos seleccionar los 4 a la vez, siendo así los amos del barrio).

Narco Terror da la sensación de haber sido creado en un fin de semana de esos tontos que no sabes que hacer. Y claro, a nadie le gusta ponerse a testear un fin de semana y algunos tramos están repletos de bugs la mar de frustrantes. Los checkpoints tampoco es que se hayan puesto con mucha cabeza, es bastante común morir y reaparecer con 1/6 de vida en un mar de balas y explosiones.

Hablando de jugabilidad, el diseño de escenarios es bastante deficiente, con objetos como escotillas que estorban al movimiento. El concepto de que los enemigos te ataquen en varios niveles tampoco ayuda mucho al control. En algunos momentos las explosiones y algunos trucos para aumentar la dificultad (como filtros sin sentido) harán que nos sea difícil ver nada.

Otra cosa que me ha molestado especialmente es la aleatoriedad en la que se apoya; como no tengamos la suerte de que un enemigo nos suelte un botiquín gordo hay tramos donde sólo podremos esperar que no sea muy doloroso.

El nivel gráfico es inclasificable. Algunos escenarios (como los de selva, los más comunes) quedan bastante bonitos cuando la cámara está en su posición por defecto, pero en cuanto se acerca un poco o vemos el maravilloso diseño de nuestro héroe o las robóticas animaciones sentiremos que estamos viajando al pasado. Mención especial a las transiciones entre escenas, que vuelven a dejar claro el poquísimo esfuerzo puesto en el juego.

La duración es más o menos la media de este tipo de juegos, quizás un poco más corta. Podemos calcular unos 15 minutos por fase, dependiendo de lo mancos que seamos o de lo desproporcionada en dificultad de una zona. Podremos rejugarlo para mejorar puntuaciones y demás, pero ya serían ganas de flagelarse.

Un juego que define la palabra mediocre. Si te gusta el género como a mi puedes darle una oportunidad si lo pillas de oferta y seguramente no te arrepientas, especialmente si engañas a alguien para jugarlo en cooperativo.