Análisis Rhythm Thief y el Misterio del Emperador (Nintendo 3DS)

Nintendo 3DS se va haciendo poquito a poco un catálogo bastante majo (aunque los inicios fueran duros y aún quede mucho por venir), y no podía faltar un buen juego rítmico en él. Rhythm Thief y el Misterio del Emperador viene de la mano de Sega, que ya tiene experiencia en esta clase de juegos, y se nota (si jugáis ya entenderéis por qué).

Rhythm Thief y el Misterio del Emperador no es simplemente un juego rítmico sin más, sino que tiene una pequeña historia y elementos de investigación muy sencillos, pero que hacen el juego un poco más interesante.

Somos Phantom R, el alter-ego de Raphael, un ladrón de obras de arte que por casualidades de la vida se ve envuelto en un buen lío, al tiempo que intenta descubrir qué pasó con su padre hace años. Es una historia que no se complica demasiado pero sí tiene un par de giros que, aunque esperados, no están del todo mal.

La forma de avanzar mientras no estamos con la música es similar a los juegos del Profesor Layton. Tenemos un mapa de París con distintas localizaciones (Louvre, Torre Eiffel, Campos Elíseos, Arco del Triunfo, la Sorbona…) a las que ir. Una vez dentro, mediante point-and-click vamos hablando con la gente, recogiendo monedas secretas y demás.

Como decía antes, es algo sencillo para dar algo más de variedad que simplemente un minijuego tras otro. Por supuesto, una vez superemos un desafío los podremos jugar sin necesidad de jugar al modo Historia, ideal para alguna partida rápida.

Pero bueno, vayamos a lo que nos importa, que es la parte rítmica y musical del juego. Podríamos dividir los juegos en tres categorías: los que usan la pantalla táctil, los que usan los botones y los que usan el giroscopio.

Los táctiles son seguramente los más numerosos. Los hay que tenemos que pulsar en los botones al ritmo de la música y otros calcados a Space Channel 5 Part 2 (incluso vuelve el clásico «Chu!»). Es curioso cómo aun teniendo que usar el stylus, el control en este tipo de juegos es perfecto y mucho más rápido y preciso que con los botones.

Los segundos (que también andan en un número similar a los táctiles), os podréis imaginar cómo serán. Pulsar el botón adecuado en el momento justo. Los hay muy sencillos (simplemente usando uno o dos botones) y los que son un poco más complejos. Como curiosidad, hay uno igualito a Samba de Amigo, en el que usamos tanto botones como el osciloscopio.

Los últimos son un poco anecdóticos, ya que apenas hay en el juego. Tenemos que mover la consola para conseguir el movimiento o postura deseado, y una vez le pillemos el tranquillo, se controla bastante bien.

Hay una buena variedad en cuanto a minijuegos y la verdad es que se ha hecho un buen trabajo en este apartado, sin duda el más importante del juego.

El juego no hace gala de ser el no va más en cuanto a gráficos ni características técnicas, pero no cumple mal. Los gráficos tienen un diseño y un estilo bastante «animado» (de dibujos) y para las conversaciones se usan sprites enormes en pantalla para cada interlocutor. Además tiene algunas escenas de anime para sucesos importantes, que pueden recordar un poco también al Profesor Layton.

El efecto 3D no es algo imprescindible y realmente no aporta demasiado al título. Está bien y se nota en los minijuegos (cuando exploramos escenarios no tanto) pero no es algo que cambie completamente nuestra percepción del juego.

Viene con todos los textos traducidos al español y las voces en inglés, con alguna expresión muy francesa suelta.

Rhythm Thief y el Misterio del Emperador es una apuesta rítmica de Sega que seguro que gusta a los seguidores de los propios juegos musicales de Sega, por los continuos guiños que hay.

Pero además es un buen juego musical, con un montón de desafíos (algunos que se complican bastante) y con el añadido de una pequeña historia cono hilo para todo.