Análisis Undertale

Hace mucho tiempo que he estado esperando para poder jugar a Undertale en su totalidad y ese día llegó el pasado 15 de septiembre. Si recordáis la entrada que escribí hace un año y medio comentando qué me pareció la demo y os llamó la atención, pasad sin miedo a leer lo que tengo que contar a continuación. Y si no la habéis probado o directamente no conocéis Undertale, leed más que nadie, porque esta entrada quiero que os interese a vosotros.

No me andaré por las ramas y lo diré directamente. Undertale es una obra maestra. Sí, uso ese término muy a menudo (sobre todo cuando hablo de dos juegos en concreto), pero está más que justificado. Consigue lo que toda obra que se quiera juzgar como tal debe lograr: emocionar. Toby Fox ha creado unos personajes tan entrañables que es imposible no simpatizar con ellos y desearles lo mejor, aunque te ataquen en primer lugar. En ningún momento quise que los enemigos a los que me enfrentaba en ese mundo de monstruos sufriera (excepto Jerry, que es un gilipollas) y librarse de ellos de forma pacífica es una satisfacción mucho mayor que atacar.

Y ahí está otro de los puntos fuertes del juego, en su sistema de lucha, que es algo increíblemente original y que, al menos yo, no había visto nunca. La forma de herir a los enemigos es similar a los juegos de deporte antiguos en los que dependiendo de en qué parte de la barra hicieras caer el cursor, lanzarías más o menos fuerte. Pero la gracia es la forma en la que esquivas sus ataques. La (¿la?) protagonista está representada por un corazón rojo que será atacado por proyectiles que deberemos esquivar o frente a los que habrá que reaccionar. Y cada enemigo que nos encontraremos en este mundo lo hará de una forma completamente distinta, ya sea disparando semillas a lo shoot em up, haciendo que esquivemos unos brazos que no paran de flexionar para marcar músculo, pasar cerca de unos aviones tsundere para ganar su confianza, esquivar ranas saltarinas o momentos en los que nuestro cursor corazón cambiará de color y actuará de formas diferentes como disparando al estilo Space Invaders, moviéndose por tres líneas como en un juego de música, saltando sobre objetos que pasan por el suelo, moviendo un escudo protector para evitar flechas, etc. etc. Es todo tan sencillo como esquivar, pero haciéndolo cada vez de una manera única. Además, si queremos que los monstruos no salgan heridos tendremos que actuar con ellos y charlar, de forma que decidan no atacar, lo que puede llevar unos cuantos turnos.

Pero si hay algo que me ha enamorado perdidamente de Undertal es su sentido del humor. Cuando probé la demo por primera vez acabé con la sensación de que el juego final conseguiría que me quisiera cortar las venas mientras escucho un disco de Melendi con la cabeza dentro del horno. Y así ha sido, pero entre lo uno y lo otro, me he encontrado con cantidad de situaciones tan absurdas y tan impredecibles que he soltado muchas carcajadas, algo que no me pasaba desde mi adorado LEGO City. En ese sentido lo comparan mucho con Earthbound, pero como no he jugado, pues esperaré a que el mayor experto sobre la saga en España, Dunkelheit, lo confirme o no. El caso es que las reacciones de algunos monstruos no tienen precio y querrás encontrártelos otra vez para volver a revivir sus imbecilidades, como el que ve un gag de su humorista favorito varias veces.

Todo esto está muy bien. Que tenga una gran jugabilidad y un sentido del humor fantástico es algo que hace Undertale grande, pero lo que le hace sobresalir por encima de todo lo que vayáis a jugar en 2015, 2016, 2017 y 2018 es su historia. Lo que para mí siempre ha sido algo totalmente secundario en un juego, aquí no se convierte en la guinda del pastel, sino que es el pastel, la guinda, los “sprinkles”, el bizcocho, el plato, la cuchara, la mesa, la casa ¡¡y la vida misma!! Todas las decisiones que tomemos durante nuestra aventura tendrán una consecuencia que modificará la historia de una forma u otra, lo cual hará que nos andemos con pies de plomo antes de avanzar. En mi caso conseguí dos de los tres finales disponibles (el “true pacifist» y el neutro) y por un error de cálculos (casi seis millones) no pude conseguir el final genocida y me tuve que ver relegado a mirarlo en YouTube, como la prensa de verdad. Y os puedo asegurar que vale la pena conseguir los tres finales, porque son alucinantes y en cada uno ves cosas que no salen en los otros y le dan un poco más de sentido a la historia. Aunque también debo advertir que pasar de cierto jefe del modo genocida tiene pinta a ser imposible sin usar trampas (como así me confirmó un amigo que se lo pasó de esta forma). No es fácil conseguir estos finales, pero uno de esos jefes finales justifica la existencia de Undertale, porque en ese momento se invierten los roles y tú dejas de ser el jugador. No quiero decir nada más, pero creedme si os digo que cada minuto de mis tres partidas ha valido la pena por ese momento, en el que Undertale se podría llamar Metatale perfectamente.

Lo que no quiero pasar por alto es la banda sonora, que crea una atmósfera perfecta para el juego, consiguiendo que en algunos momentos parezca que estamos viendo una comedia y otros en los que nos sentiremos realmente en el ambiente opresivo de algunas cuevas rodeados de setas luminosas y techos con piedras brillantes que emulan el cielo de la superficie. La música de Undertale es la guinda rellena de chocolate encima de la guinda cubierta de chocolate y almendra. Siempre y cuando os gusten las guindas rellenas de chocolate y cubiertas con almendra. En caso de que os gusten más los mejillones, pues supongo que será el mejillón encima de la guinda. Pero seguiría habiendo otra guinda ahí, así que mejor el mejillón encima de la almeja cubierta con chocolate y almendra.

Por si todavía no os ha quedado claro, Undertale es un juegazo absolutamente alucinante por el que ha valido la pena esperar un año y medio leyendo las noticias de su lanzamiento con cuentagotas y comentándolo con la otra persona del mundo que estaba tan emocionada como yo. Toby Fox se ha ganado mi confianza completamente y estoy ansioso por ver qué nuevos juegos nos trae en el futuro, pero tiene el listón muy muy alto y eso debe dar vértigo. No me vienen muchos nombres a la cabeza cuando hablamos de desarrolladores cuyo primer juego fuera tan magistral y original. Espero que el tiempo le ponga en su sitio y sea capaz de acabar al lado de otros grandes como Miyamoto o Carmack, porque se lo ha ganado a pulso.

PD: He intentado hacer un análisis sin destripar nada del juego y que sea lo más «neutro» posible. Me dejo muchas cosas sin comentar como los mil detalles y frases geniales de cada personaje importante del juego, las formas y lugares en los que actuamos con ellos y cómo se cuentan algunas partes de la historia que a mí me han emocionado muchísimo. Si mi análisis sirve para que os convenzáis y compréis Undertale, estaría encantado de hacer una entrada más adelante en la que entre todos comentemos nuestros momentos favoritos (previo aviso de SPOILERS).