Análisis Ninja Gaiden 3 Razor’s Edge (Wii U)

Tengo que reconocer que tengo una copia de Ninja Gaiden 3 para Xbox 360 y que ni siquiera la he abierto. Lo tenía pensado hacer, pero los análisis y comentarios de la gente sobre el desastre en que se había convertido el título me quitaron todas las ganas.

Pero entonces llegó Ninja Gaiden 3 Razor’s Edge una versión ampliada y mejorada, con a priori la mayoría de errores enmendados. Volvía la sangre, las mutilaciones, los ninpos, las distintas armas, Ayane… Vamos, que parecía la edición definitiva.

Y como todas las consolas están hambrientas de títulos en su inicio, pues ahí vamos.

La verdad es que me ha sorprendido para bien. Supongo que en parte se deberá a que mis esperanzas en el juego eran casi nulas. Sigue teniendo algunos fallos, pero por lo general el resultado ha sido bastante bueno, básicamente porque me ha dado lo que quería, un juego complicado. De hecho el argumento de película de serie B ha hecho que me guste aún más. Que hay un dinosaurio, señores. Poca broma.

Aparte, es un detalle que hayan incluido unos nuevos episodios exclusivos con Ayane como protagonista. Tiene sus ataques, árbol de habilidades, ninpos y armas. Son un par de capitulillos de media hora cada uno más o menos que expanden un poco más el ya de por sí absurdo guión. Pero están muy bien. Además también podremos usar a Momiji y Kasumi los capítulos que ya hayamos superado.

Como decía antes esta nueva versión arregla algunos de los errores y decisiones estúpidas del original. Lo primero que vemos en el juego es una decapitación, para empezar fuerte. No entiendo cómo en el original no incluyeron las desmembraciones ni el llenar la pantalla de sangre, es un alivio que aquí haya vuelto todo. Es como tener un Dead or Alive con mujeres de pechos pequeños. L’horreur. Pero no, a nada que juguéis os daréis cuenta de que la pantalla se llena de rojo y el escenario de piernas y brazos sin cuerpo.

Tiene una dificultad endiablada, demasiado en algunos momentos (por lo que he leído, es más complicado que las versiones de PS360), y en más de un momento he tenido ganas de tirar el mando por la ventana, sobre todo luchando contra algunos bosses. Pero entre un juego difícil y uno fácil me quedo con el primero, que un reto nunca viene mal.

Para paliar esto un poco está el sistema de habilidades, donde gastamos el karma que acumulamos con las muertes. Compramos ataques, mejoramos la vida, armas y ninpos. Incluso podemos comprar skins, aunque el precio es bastante prohibitivo. Pero aunque mejoréis las armas no importa, los jefes os van a seguir pasando por la piedra igualmente. Como podréis imaginar, según mejoremos las armas desbloquearemos nuevos combos.

Y el gameplay funciona, y bastante bien, aunque sin llegar a los niveles de juegos anteriores. En parte está empañado por problemas puntuales con el framerate, presente en todas las ediciones. Cuando desmembramos a alguien aparece el tiempo bala, pero no hay comparación. Por lo menos no molesta demasiado, aunque en un juego así no debería suceder.

Aparte de eso el juego tiene un nivel gráfico bastante majo. No es ninguna revolución, pero se tanto el juego en sí como las escenas con el motor se ven bastante bien. Además se puede jugar en el Gamepad, aunque la imagen es muy oscura ahí. Sinceramente, lo he jugado en televisión así que no sé si se puede cambiar las opciones de brillo para el mando. Y nada de controles táctiles.

Por último, tiene un modo online que aunque va bien, cuesta encontrar gente para jugar. Tampoco creo que sea algo muy importante en un juego así, pero si tenemos paciencia terminaremos jugando. Y si tenéis amigos con el juego adiós problemas. Y por supuesto el juego está traducido al castellano, aunque con voces en inglés.

En definitiva, Ninja Gaiden 3 Razor’s Edge es lo que debería haber sido el juego en un principio. No es perfecto pero sí es una buena opción, y más en con el catálogo actual. Desmembraciones, sangre, ninjas, mujeres con grandes pechos y algún problema con el framerate, pero en general bastante bien. Y difícil, muy difícil. Y eso es bueno.