Eres una sombra. Si pudiera resumir Aragami con una frase, sería esa. En este juego de infiltración nos convertimos en parte de la oscuridad, y nos deslizamos como una criatura de la noche, sin dejar rastro a nuestro paso. Somos el viento, que pasa invisible entre los enemigos, o el demonio que no deja rastro tras de si.

Somos el espíritu, Aragami.

Y muchos os preguntaréis… ¿Pero exactamente, qué es un Aragami? Pues se trata de un espíritu de las sombras, con forma de «ninja mágico», invocado para ejecutar una venganza.

El juego está envuelto en una mitología propia, que bebe directamente de la japonesa, pero con idioma y demás elementos originales. En los distintos recovecos de los mapas encontraremos representada esta cultura, la cual dota una gran personalidad al mundo, y da contexto al nacimiento de nuestro personaje, el Aragami.

Nosotros tomamos el papel de este ser, y nuestro rol es el de avanzar por los distintos mapas, consiguiendo los objetivos que se nos piden.

Las mecánicas del juego en su base, son las de un juego de infiltración clásico, avanza sin que te vean, mata a quien necesites (o no), y esconde cadáveres para que no te descubran. Sin embargo lo interesante es lo que la magia le añade a todo esto, y es que todo el juego enfoca sus elementos hacia las sombras, para que permanezcamos en ellas y las utilicemos en nuestro favor.

Nuestra magia vive de oscuridad, es limitada, y se recarga estando en las sombras, y la inversa, permanecer expuesto a fuentes de luz nos drena de ella. Al mismo tiempo, la iluminación de donde estemos cambia la visibilidad del enemigo, haciendo que seamos casi invisibles en las sombras.

Contamos con dos habilidades principales, las cuales son un teletransporte (de distancia limitada) y las creación de sombras temporales. Ambas habilidades gastan magia, con lo que la clave para usarlas será combinarlas con las sombras del entorno.

Además de esto, el juego nos proporcionará una serie de habilidades a desbloquear mediante pergaminos ocultos escondidos en el mapa, estas son tanto ofensivas como defensivas, con lo que te puedes especializar en tu estilo de juego, y nos ayudarán a lidiar con los enemigos.

Los antagonistas del juego, por cierto, se tratan de los soldados de la luz, sus armas están diseñadas para acabar con nosotros, por lo que en este juego no hace falta una barra de vida, un toquecito ya basta para hacer el trabajo. Incluso a distancia.

Una vez le has cogido el tranquillo a estas mecánicas, sencillas pero profundas, el juego se hace muy divertido y dinámico, y es que tiene un diseño de niveles increíble, dejando claro en todo momento como avanzar, pero al mismo tiempo conservando montones de rutas alternativas y posibilidades, que se multiplican al mezclarse a lo largo del mapa, y a todo esto añadamos pergaminos ocultos, los cuales no dejan de sorprender, con montones de recovecos nuevos a descubrir en cada zona.

A todo esto añadir que de el jugador depende como se toma el enfoque del juego, pudiendo explotar montones de posibilidades en como avanzar, ya sea porque prefieres matar a todo el mundo, o pasar sin que te vean, o quizás incluso quieres causar algo de confusión o correr entre enemigos, jugando al gato y al ratón. Puntuaciones a parte (que las hay, si eso te mola), todo vale, y se vuelve un juego muy flexible y divertido.

Lo único que no me hace tanta gracia del terreno jugable, es quizás la falta de variedad entre las distintas fases del juego, y es que, salvo por un par de excepciones, siempre cumplimos el mismo tipo de objetivos, entrar en la zona, recuperar algo y salir, desactivando las barreras que nos cortan el paso por el camino. Sin embargo no creo que esto sea un problema, y es que pese a la repetición, los geniales y variados diseños hacen que esto no se haga pesado o molesto.

A la hora de considerar los aspectos verdaderamente negativos del juego, lo tengo muy claro: guión y bugs.

La historia de Aragami es mediocre. Si bien el mundo que se ha creado está rodeado de encanto, y las mecánicas encajan a la perfección con la narrativa, existe un problema en las pura base. Todo lo que se nos cuenta está sustentado en prepararnos para un giro final, y este es tan plano como el papel y sumamente obvio y estereotípico. En el minuto 1 ya sabes que va a suceder en el resto del juego, y no se te aporta nada en todo el viaje que vivimos más allá de esto.

Toda la narración está basada en un único elemento, y este es malo. El contenido del juego que lleva a esto solo son diálogos insulsos y visiones premonitorias que no para de dar pistas hacia lo que se avecina, que se podía adivinar de hace tiempo. Quizás los únicos diálogos que medio valen la pena son algunos que les pillamos a los soldados enemigos (mecánica que hemos visto en muchos otros juegos, y que usa bastante bien este), pero estos se hacen muy difíciles de entender por culpa del otro error del juego, los bugs.

Hay que tener en consideración que Aragami es un juego indie, de un estudio pequeño, salió en PC hace menos de un año y en consolas hace unos meses, y parece que va lanzando parches y añadiendo nuevo contenido, con lo que esto quizás es un mal menor y es cuestión de tiempo a que este problema se solucione. Sin embargo, dado que esto es lo que he vivido al jugarlo, creo que debo comentarlo, y es que el juego, ahora mismo, tiene una plaga de bugs bastante molesta.

No es algo que haga el juego injugable, ni mucho menos, pero te va a estropear la experiencia. En mi caso me he encontrado con que los diálogos se cortaba constantemente, algún enemigo se ha vuelto un tanto errático, algunos saltos me han tirado al agua/vacío, y esta piedra tan maja de esta captura (propia) que pongo aquí arriba, por nombrar a unos cuantos. Repito, esto es un mal menor de un gran juego, pero es algo que a mi, en este momento, me ha sacado de la experiencia unas cuantas veces.

Pero resumiendo. Aragami es un gran juego. Pese a un par de bugs que no suponen un problema, y una historia que no sirve más que de contexto y adorno, el juego nos mete en su mundo, y gracias a unas mecánicas y diseño de niveles muy logrados, todo esto se convierten en una experiencia muy disfrutable.

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