Esta entrada la escribí originalmente el 2 de mayo de 2016 en 99RedPotions, blog ya extinto en el que estuve colaborando poco antes de su defunción. Aprovechando la salida de Sunset Overdrive en PC, cuelo esto aquí tal cual lo escribí en su día (aunque NeoDrakko también escribió un análisis). Y las primeras líneas sirven igual para Potions que para el topoblog…

No seré yo el que intente resucitar este santo blog, que lleva en coma desde no se sabe ya ni cuánto, pero me apetecía escribir una de esas entradas que aportan poco o nada y caerá en saco roto. Que quería hablar de Dostoievsky Sunset Overdrive, uno de los juegos que han pasado más desapercibidos de esta generación.


Gracias a la suscripción de Games With Gold, he podido disfrutar de una de las locuras más divertidas que he probado en años, un juego que no es que no se tome en serio a sí mismo, es que no se toma nada en serio, ni los propios videojuegos. Y ese es uno de los motivos por el que es tan grande. Para los que no lo conozcáis, Sunset Overdrive es un juego de acción que podríamos resumir fácilmente diciendo que es Jet Set Radio + Mirror’s Edge + Saints Row. Tres estilos que nadie en su sano juicio juntaría, porque no pegan juntos, pero que la gente de Insomniac Games ha sabido mezclar muy bien.

La acción se vive básicamente en tres niveles: el suelo, los lugares grindados y el aire. ¿Os acordáis de cuando éramos pequeños y jugábamos a que el suelo era lava y nos poníamos a saltar por los sofás, sillas y mesas de casa hasta que nuestra madre nos lanzaba una alpargata tierra-aire que nos daba de lleno? Pues en ese principio se basa Sunset Overdrive. La ciudad en la que pasa la historia está llena de unos monstruos que en realidad son humanos mutados por el abuso de una bebida energética. Cuando nuestro protagonista está en el suelo, es más que probable que venga una horda de tarados (así les llaman…) en cualquiera de sus múltiples y letales formas a descuajaringarnos, aunque no lancen alpargatas.


La gracia está en cómo podemos esquivar o huir de estas criaturas (sean tarados, humanos o robots). La forma de encadenar movimientos de Sunset Overdrive deja en pañales a juegos como Mirror’s Edge o Assassin’s Creed, en los que el componente de movimiento es la base de su sistema de juego. Aquí puedes ir grindando por unos cables de la luz mientras bateas a los tarados que se suben a por ti y ves cómo estallan, colgarte del cable y ponerte a disparar a los que hay en el suelo, saltar a una pared y correr por ella, saltar sobre prácticamente cualquier objeto que haya para rebotar y coger impulso, ponerse encima de un grupo grande de enemigos y caer en picado con tu bate/sable láser/espada de rol/palanca y reventarlos en una preciosa explosión de sangre y bebida energética. Y todo esto de golpe, para ir llenando la barra de combos y empezar a sacar los poderes buenos, como provocar truenos por las zonas que grindamos, movimientos que noquean a grupos de enemigos, golpes al suelo que lanzan un rayo por el suelo que ya quisiera Terry Bogard y mil cosas más.

Hay una premisa básica en el juego que se mantiene durante todas sus misiones y diseño de escenarios, que es lo que lo hace tan bueno: si es divertido, entra. Da igual que sea realista o no, lo importante es que el jugador se lo pase bien y que no piense «uy, esto es muy falso». Los coches (en estado normal o quemados), los extractores de los tejados, las placas solares, los arbustos… TODO en Sunset City hará que nuestro personaje salga botando y podamos movernos con más facilidad por la ciudad. Esto se lleva tan bien que la única vez que usé el teletransporte para ir de una parte a otra del mapeado fue en el tutorial, para sabe cómo funcionaba. El resto de veces me daba absolutamente igual estar a 50 metros que a 4Km de mi meta, iría volando, saltando y patinando por donde fuese. Se me hace muy complicado pensar en una sola ciudad mejor diseñada en cualquier videojuego, la verdad.


Y la guinda del pastel es su banda sonora. La mayoría de las canciones son composiciones hechas específicamente para el juego, pero es un punk rock que a cualquiera que le guste un poco la caña de los principios de los 90, disfrutará como un enano. Aunque de entre todas las canciones destaca alguien que sonará a los que conozcan bien la saga Tony Hawk (en concreto el Underground 2, que era una mierda, pero bueno). Me refiero a King Buzzo, el cantante de los mismísimos Melvins. Os diría que es un spoiler que aparece en el juego, pero teniendo en cuenta que es exclusivo de XBone, es como si dijera un secreto de algún juego de Pippin, tampoco lo ibais a jugar.

Ojalá algún día anuncien Sunset Overdrive para PC, porque sería una oportunidad de oro para que descubráis un juegazo que para muchos ha pasado desapercibido totalmente. Imaginad lo que me ha gustado, que yo (¡que soy catalán!) me lo he comprado en físico a pesar de tenerlo ya digital con Games With Gold.

Categorías: Análisis

2 comentarios

Topofarmer · 19/11/2018 a las 21:07

Joder, no había visto esto. Ahora que está en PC y además a cuatro duros, igual lo pillo cuando termine el Pokémon o tenga algún rato libre en Navidad. Era lo que más esperaba de Xbox en PC:

Jaime · 21/11/2018 a las 1:16

Me volvieron a dar ganas de jugarlo.

Los comentarios están cerrados.